SOBRE LOS ARCHIVOS DE ARTISTAS Y ESCRITORES*

Por Ana Bugnone (Universidad Nacional de La Plata)**

El avance en el uso, producción, estudio e interpretación de archivos de artistas y escritores que se ha dado en los últimos años tiene importantes consecuencias para el trabajo de investigadores, curadores y otros interesados en el tema. Sin embargo, no siempre los documentos producidos por artistas han sido accesibles o bien no ha habido políticas específicas que atendieran a su relevancia. Considero es necesario desarrollar una política de archivo y una perspectiva teórica y epistemológica que abra la productividad de los archivos para fomentar esa política, para exigirla. Es decir, es menester la aplicación de políticas de rescate, conservación y accesibilidad pública a los archivos de artistas y escritores. Los dos primeros, el rescate y la conservación, son fundamentales para evitar el deterioro y la pérdida de documentación. La accesibilidad implica la disposición para su uso y que este sea abierto a la consulta sin restricciones o con la menor cantidad posible. En este sentido, la digitalización y la puesta en línea de los archivos son parte fundamental de una política archivística que tienda a la democratización, contraria a las prácticas individualistas y privatizantes de los fondos documentales tal como eran concebidos antiguamente. Recordemos que entre los siglos XIX y XX fue liberalizándose el uso de los archivos frente al carácter secreto del que gozaban. Desde entonces, la consulta de los archivos, considerada como un derecho de los ciudadanos, ha ido en aumento. Sin esta condición archivística que va contra la idea de un archivo anquilosado, resulta sino imposible, al menos problemático, el uso de archivos para la investigación científica democrática y plural. Se trata, entonces, de garantizar tanto una ordenación adecuada que permita una accesibilidad más abierta y autónoma, así como una decidida política de visibilización y recuperación que los proteja.

Me interesa describir un caso especial en este proceso de apertura, el del Archivo de Edgardo Antonio Vigo (1928-1997), quien fuera un artista vanguardista, hoy reconocido en todo el mundo por su trabajo con el arte correo, las poesías visuales, las xilografías, los objetos y la edición de revistas.

Su multifacética actividad implicó también un trabajo como ávido lector de teorías del arte y una interesantísima tarea como teórico. Antes de morir, decidió entregar todo el material que resultó de más de cuarenta años de trabajo a la actual directora de la Fundación Artes Visuales de La Plata, Ana María Gualtieri. Dicha documentación, sus obras y su enorme biblioteca forman hoy parte del Centro de Arte Experimental Vigo, perteneciente a la Fundación.

Una parte fundamental del voluminoso material que se alberga en dicho centro está compuesta por el acervo de su Fondo Documental, un conjunto de miles de documentos que el artista se encargó de guardar obsesivamente. Dentro del fondo, se destaca por su importancia y por el interés que despierta en las consultas la serie Documentos Personales, un grupo de 36 cajas ordenadas cronológicamente por el propio Vigo, quien las denominó Biopsia. En ellas guardó mes a mes, año a año, documentos sobre su actividad artística, editorial, teórica, de divulgación, a través de manuscritos, invitaciones, catálogos, recortes periodísticos, fotografías, correspondencia, obras, entre otros tipos documentales. Estas cajas constituyen el material de consulta más frecuente para investigaciones que van desde trabajos de estudiantes de secundaria hasta tesis de posgrado y exposiciones en diversos museos de Argentina y del mundo.

Como inicio de una nueva etapa en la estrategia de preservación y democratización del fondo, se realizó un diagnóstico sobre el archivo en el que se concluyó que era imprescindible mejorar el acceso, optimizar el servicio y reducir la manipulación de originales. Para ello, se obtuvo un subsidio de la Universidad de Harvard para comprar equipamiento, digitalizar la serie Documentos Personales y poner en línea en la página WEB del Centro.

Esto implicaba un cambio en la política de archivo. Significaba, además de resguardar el uso del papel para evitar su deterioro o pérdida, ampliar al extremo la visibilización y accesibilidad del archivo ya sea en la página WEB o en las computadoras del propio centro donde, sumada a la información sobre el artista, hay un enorme volumen de documentos que funcionan como fuentes de la historia del arte, una historia otra. Así, parte del proyecto involucró ofrecer libre y gratuitamente en la WEB de la institución y en las computadoras instaladas en el centro todo lo que se digitalizara, en el marco de una política de democratización que comenzó con este proceso y continúa hasta hoy.

Desde junio del año 2014 -cuando el proyecto finalizó- hasta noviembre de 2017 hubo 17.655 sesiones de ingreso a la página del CAEV, 12.902 usuarios y 22.899 visitas a páginas. En cuanto a la distribución por países, puede observarse un amplio abanico de procedencia de los usuarios interesados en la página de la institución, siendo Argentina el país con mayores visitantes, seguido de Estados Unidos, Brasil y Españ

Para abarcar un área mayor de divulgación del archivo y garantizar la permanencia en el tiempo de los objetos digitales, se realizó un convenio con la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), a partir del cual las imágenes digitales de toda la serie forman parte del espacio ARCAS, un portal de acceso abierto que incluye colecciones de fuentes útiles para la investigación. Esta incorporación amplifica la accesibilidad y visibilidad del archivo, así como garantiza el mantenimiento y conservación de los objetos digitales.

La puesta en línea de estos documentos generó no solo las visitas virtuales, sino también un incremento de las visitas físicas al archivo por parte de investigadores y curadores de diversas partes del mundo. Así, es posible afirmar que abrir al público y mejorar la accesibilidad en Internet, lejos de alejar a los visitantes al archivo físico, los alienta a conocer el espacio donde se alberga el Fondo documental para avanzar allí en sus investigaciones.

En la misma Universidad, se llegó también a un acuerdo para la digitalización y puesta en línea de ediciones, revistas y libros de Vigo en el repositorio institucional de la UNLP, SEDICI (Servicio de Difusión de la Creación Intelectual), el cual, al igual que ARCAS, incrementa la circulación de las imágenes digitales de dichos documentos, al mismo tiempo que los protege. La UNLP es junto al Centro Vigo responsable de la preservación digital a tiempo indefinido de los objetos digitales de la obra y archivo de Vigo.

Este proceso iniciado hace cuatro años, involucró un desafío al funcionamiento tradicional del archivo, a la modalidad oscurantista e individualista que operó durante mucho tiempo en los archivos en general y a la presencia de la institución como tamiz que seleccionaba qué y a quién dar a conocer los documentos. Es esta política de archivos la que queremos propugnar más allá de este caso, como rechazo a las formas mercantilizadas y privatistas de los archivos y otras fuentes de información, y al mismo tiempo, como estrategia de democratización de las fuentes para la investigación y del conocimiento en general.

___

* Este texto introduce un tema que desarrollo con mayor profundidad en el artículo Hacia el paradigma del archivo de artistas y escritores que se publicará próximamente en la revista Escritural. Écritures d'Amérique latine, editada por el Centre de Recherches Latino-Américaines, Université de Poitiers.

** Doctora en Ciencias Sociales y Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina. Es Profesora de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP e investigadora del Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales. Se especializa en estudios sociales del arte, archivos de artistas y estudios culturales.